México, 5 ago (Prensa Latina) El Grupo México, responsable de los 65 mineros muertos en la mina Pasta de Concho y derrames tóxicos graves y contaminantes, cerró su clínica de vigilancia epidemiológica en Sonora, reveló hoy el diario Excelsior.
La publicación señala que la decisión fue tomada a pesar que muchas personas continúan padeciendo graves enfermedades por causas de la empresa y que la mayoría de los afectados por un derrame tóxico de la mina de Grupo México son niños y ancianos.
Expresa que las autoridades del gobierno federal permitieron que la empresa responsable cierre definitivamente la Unidad de Vigilancia Epidemiológica y Ambiental de Sonora.
Agrega que, según el Convenio de Concertación de Acciones del Fideicomiso Río Sonora, firmado entre la Comisión de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y Grupo México, la clínica sería permanente para la atención de las víctimas.
Sin embargo se quedó en lo que se denomina «obra negra» pues funcionaba en una casa habilitada como consultorio, y aun así ahora cerrará sus puertas de manera definitiva el 6 de agosto, justamente al cumplirse cinco años del que es considerado como el desastre ambiental más grave en la historia de la minería nacional.
Los registros oficiales de Cofepris y Grupo México reconocen que existen 381 personas con metales pesados en su organismo por el derrame de la mina Buenavista del Cobre ocurrida el 6 de agosto de 2014.
Excélsior dijo que constató que ante el desdén de autoridades gubernamentales muchas familias están optando por migrar de la zona para evitar que sus hijos continúen expuestos a la contaminación.
En esa fecha Grupo México vertió 40 mil metros cúbicos de lixiviados de sulfato de cobre acidulado en el arroyo Tinajas, y posteriormente en el afluente de los ríos Bacanuchi y Sonora, convirtiéndose así en el peor desastre ecológico en México, el cual afectó a cientos de personas.
El diagnóstico ambiental de la cuenca del río Sonora, elaborado por la Universidad Nacional Autónoma de México por solicitud de Grupo México, establece que más de 70 por ciento de la población infantil en San Felipe de Jesús podría tener altos niveles de plomo en la sangre, superior a diez microgramos por decilitro.